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Copa de la Liga: Estudiantes goleó a Barracas Central por 3 a 0 y es uno de los semifinalistas

VIDEO.- Fue una clase de fútbol. El Pincha jugó un partido de alto nivel para borrar de la cancha a su rival. Carrillo, en dos ocasiones, y Correa, los autores de los goles del partido jugado en el estadio de Platense, en Vicente López.

Otro paso hacia adelante. Uno más. Para estar más cerca del cielo. Para celebrarlo con orgullo. Para tomar dimensión del momento del equipo. Estudiantes aplastó a Barracas Central 3-0 en la cancha de Platense y se metió en las semifinales de la Copa de la Liga. Nadie sabe hasta dónde llegará, pero pase lo que pase en el futuro dejó la vara alta y el fútbol por las nubes.

En el primer tiempo el Pincha desplegó un fútbol de alto vuelo. Y así como días atrás el 1-0 ante Lanús había quedado a tiro del repunte, el de anoche contra Barracas, pero a favor, era muy corto y no reflejaba lo visto en cancha por un equipo y otro. Fue más, muchísimo más Estudiantes que pudo haber definido el partido en esos 45 minutos, cuando tuvo no menos de diez situaciones de gol y muchas de esas claras, clarísimas.

El gol llegó en la primera visita al área. Pelota parada y centro al corazón de área de Fernando Zuqui, forcejean varios hay un camisetazo y la jugada que sigue. Se aviva Guido Carrillo, que en el punto del penal le rompió el arco a Moyano para la apertura del marcador. Iban nada más de 2 minutos y el partido se rompía en el momento que los hinchas todavía estaban acomodándose.

A partir de ahí la cancha se inclinó para el lado de las vías, en donde estaban los albirrojos. Edwuin Cetré fue una pesadilla por la izquierda, Zuqui ganó todas las pelotas en la mitad de cancha, Tiago Palacios fue picante por la derecha y Guido Carrillo un faro para bajar todas las pelotas, pivotear y buscar el arco si era necesario.

El uruguayo probó desde afuera y la pelota pasó a centímetros del palo derecho del arquero, el colombiano desbordó muchas veces por su banda y ejecutó el centro de la muerte que más de una vez estuvo a nada de terminar en gol. A los 8 minutos Mancuso tiró un centro pasado que se estrelló en el travesaño y a los 10 Guido Carrillo pisó el área y en dos ocasiones avisó a un Moyano que no podía hacer más nada para que la pelota se vaya lejos de su área.

Recién después de los 20 minutos Barracas pudo sacarle el ritmo al partido. Mejoraron sus volantes centrales y desde allí le dieron juego a las bandas. El único que pudo alguna vez romper la línea defensiva fue Máximo Zalazar, que desde la derecha le dio trabajo a Gastón Benedetti, llegó al fondo y tiró un centro al segundo palo que Wanchope Ábila desperdició de cabeza. Pudo ser el empate y una de las grandes injusticias. Pero es fútbol y cuando la pelota no entra en un arco a veces sucede lo inverso en el contrario.

Estudiantes siguió prevaleciendo por los costados, principalmente el izquierdo, en donde Cetré fue una pesadilla. Ni siquiera con una absurda tarjeta amarilla mostrada por Darío Herrera en el arranque lo pudo contener. Es más, cerca del fina fue enganchando desde afuera hacia el medio y a la altura de la medialuna remató al arco: salvó el “1” al córner cuando la pelota se le colaba por la derecha. Esa jugada dejó en evidencia las diferencias entre un equipo y el otro, pero al mismo tiempo que la diferencia era tan corta que al ganador no le sobraba nada y que ante el mínimo error lo iba a pagar muy caro. Todos avisados para un segundo tiempo que cumplió con cada promesa.

En el arranque del segundo tiempo Estudiantes no bajó su intensidad sino que todo lo contrario. A full, pase a pase, para adelante y tratando de tener la pelota pero sin llevarla sino pasándola. Al minuto tic, tac y Sosa que casi llega al segundo. Lo mismo a los 3 con Tiago Palacios y Cetré. Fue una continuación de lo visto en el primer tiempo pero en el arco de enfrente.

Y fue tal cual que todo lo que erró el Pincha casi lo monetiza Barracas: afuera Zuqui por un golpe, falta previa a Mancuso y un desborde por la izquierda le dejó el gol a Brochero, que remató por arriba del travesaño, sin marca.

Pero el destino no pudo evitar que otra gran jugada de Estudiantes, ya con dos de los jugadores ingresados en cancha terminara en el segundo gol. La inició Enzo Pérez en el medio, Palacios llevó la pelota y cedió para Pablo Piatti, que desde la izquierda le entregó el gol a Carrillo, en el punto del penal. Por fin el 2-0 a los 17 minutos, que aportó algo de tranquilidad.

Pero no ganó para sustos el equipo de Eduardo Domínguez, porque tuvo el tercero en el minuto 24 para bajarle la persiana al asunto. Javier Correa llegó al fondo y le cedió la pelota y el gol a Mauro Méndez, que de manera insólita la tiró por arriba del arco. Un golpe duro y casi le sale caro a su equipo: en la jugada siguiente Barracas estrelló una pelota al palo derecho de Mansilla.

Entonces el Pincha entendió que era momento de bajar las revoluciones y pensar en lo que sigue. Línea de cinco defensores con Mancuso de central y tratar de aguantar que pasaran los minutos. Rosané, Alan Cantero y las ganas de Brochero, los argumentos de un rival al que le quedó enorme esta instancia definitiva. Vaya uno a saber cómo llegó…

El que llegó fue el tercero en el final del partido. Desbordó Benedetti, que mejoró en el complemento, lo tuvo Méndez, que volvió a fallar y en el rebote la empujó Javier Correa, para cerrar la serie y coronar un partido con un resultado más ajustado a lo visto en cancha.

Ganó Estudiantes, un paso más hacia adelante. Ahora está en semifinales de la Copa de la Liga y espera por Boca o River, la próxima semana en Córdoba. Pero antes tendrá una cita de fuego en la Copa Libertadores. Nada menos que ante un Gremio que llega herido en su orgullo.

 

Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-4-21-3-52-49-una-clase-de-futbol-para-meterse-en-semifinales-deportes

 

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