En un partido para la historia por todos los detalles que lo rodearon, empezando por el brote de coronavirus que determinó que un jugador de campo, como Enzo Pérez, ocupara la posición de arquero, River logró anoche un triunfo épico por 2-1 frente a Independiente Santa Fe de Colombia, que le permitió afirmarse como puntero del Grupo D de la Copa Libertadores, con todo a favor para avanzar a octavos de final. Un arranque furioso le permitió sacar dos goles de ventaja vía Fabricio Angileri y Julián Álvarez, que controló sin problemas hasta el descuento de Kelvin Osorio. El martes que viene, el equipo de Nuñez buscará sellar su pasaje en Río de Janeiro, ante Fluminense.
River llegó diezmado por los 20 casos positivos de Covid-19, lo cual determinó que un jugador de campo, lesionado, fuera arquero y que el banco de los suplentes estuviera desierto porque el único candidato a ocuparlo, Javier Pinola, fue descartado ya que no está recuperado de una fractura de antebrazo. Dos juveniles hicieron además su debut en un partido cargado de matices, atípico desde donde se lo mire, no sólo de la Copa Libertadores, como consecuencia de un hecho que nació cuando Marcelo Gallardo no aceptó extender de 32 a 50 jugadores la lista de buena fe y la Conmebol no autorizó sumarlos cuando el coronavirus hizo estragos.
El conjunto Millonario llegó a esta quinta fecha de la competencia con seis puntos en el Grupo, dos menos que Fluminense, que el martes perdió de local con Junior de Barranquilla, quien también alcanzó la línea de seis; mientras que Independiente Santa Fe viajó a Buenos Aires como último de la clasificación, con dos unidades. La victoria de Junior en el Maracaná complicó más a River en una de sus peores semanas, que comenzó con el empate de visitante ante Junior y siguió con la aparición de múltiples casos positivos de Covid19 antes del superclásico ante Boca.
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