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Estudiantes cometió muchos errores y cayó como visitante 2 a 1 frente a Platense

VIDEO. Con una producción plagada de desniveles y matizada por equivocaciones significativas, el Pincha no la pasó bien en cancha del Calamar. El segundo gol del local llegó a un minuto del pitazo final. El equipo de Eduardo Domínguez volvió con las manos vacías y continúa entre los últimos de la Zona B de la Copa de la Liga.

Estudiantes es un equipo indescifrable. Bipolar. Está en semifinales de la Copa Argentina y tuvo pasajes muy buenos en el año. Pero su presente en la Copa de la Liga es preocupante porque además de perder casi todas las fechas se va despidiendo del objetivo de clasificarse a la Libertadores del año que viene y difícilmente jugará la Sudamericana. Anoche, en Saavedra, cayó 2-1 con Platense por un gol de Maximiliano Salazar en tiempo de descuento y cuando mejor estaba. Regaló un tiempo, cometió errores defensivos y desperdició situaciones propicias para ganar. Se volvió a La Plata con otra caída que no hace más que sembrar dudas en su futuro inmediato: es la Copa Argentina o el infierno.

En el primer tiempo Estudiantes fue un equipo híbrido, sin un plan de juego, liviano y con errores muy groseros que le costaron caro. Muy caro. La versión del equipo de Eduardo Domínguez fue preocupante y por eso se fue al descanso 1-0 por el gol de Ronaldo Martínez a los 15 minutos, luego de una falla de Santiago Núñez, que saltó antes y dejó picar la pelota que el paraguayo cambió por gol.

El Pincha no tuvo control ni pase en la mitad de cancha. Estuvo partido y con jugadores que jamás pudieron en el mano a mano, como Mauro Boselli (no puede ponerse fuerte desde lo físico), Benjamín Rollheiser (hace rato que su nivel está por el piso) y Mauro Méndez (pelea más de lo que juega). Sin referencia en ofensiva le fue imposible pararse de posición de ataque y plantear el juego en terreno rival. Siempre corrió de atrás.

Lo curioso del caso es que pese a jugar tan mal y no tener jamás el dominio estuvo a nada de empatar. Es más, en situaciones de gol contó con las mismas o más que su rival, que de mitad de cancha para adelante se mostró rápido y con convicción de ataque pero al defender tan adelante dejó espacios. Entonces cuando Estudiantes sintonizó lastimó por derecha, con Leo Godoy, veloz y criterioso para atacar, que a los 20 minutos probó al arco y a los 24 cedió al colombiano Manyoma y éste a Rollheiser, que definió muy mal. El colombiano, al que le falta mucho para jugar en el fútbol argentino, fue partícipe en el final de la mejor jugada colectiva del Pincha, pero recibió una pelota adentro del área y la mandó a las vías del ferrocarril que pasan detrás del arco y eso que estaba con tiempo de pararla, levantar la cabeza y elegir el destino de su remate.

Para jugar el segundo tiempo el técnico movió el banco y aceptó de alguna manera su mal armado inicial. Adentro Zaid Romero por Núñez para defender con tres y soltar a los laterales y adentro José Sosa, para tener un conductor y así liberar a Rollheiser que claramente no puede jugar tan solo. Con esas modificaciones el equipo dominó la pelota y se paró en campo rival. Y en los primeros 10 minutos tuvo dos chances claras de gol: un remate cruzado de Ascacibar que salvó el arquero local y una prueba desde afuera de Méndez desde buen a posición y pésima resolución.

Pero claro, como en este fútbol argentino, el equipo que saca la diferencia se empieza a fortalecer para defender lo conseguido. Martín Palermo armó una línea de cinco defensores, ajustó las marcas y se refugió cerca de Macagno. Pero mantuvo esas ganas y esa voracidad para pelear cada pelota, todo lo que le faltó a Estudiantes al menos en los primeros 45 minutos. Entonces conforme pasaron los minutos el 1-0 se empezó a transformar en una barrera imposible de derribar. Peor: quedó expuesto a que alguna contra terminara de liquidar las acciones.

Pero cuando parecía que el gol le iba a costar muchísimo se encontró con un regalo de Juan Infante, que tocó la pelota con su mano adentro del área tirar un centro de Benedetti desde la izquierda. Lo que hizo Núñez en el primer tiempo tuvo devolución de gentilezas: penal y gol de Mauro Boselli a los 25 minutos.

Y se agrandó el Pincha tras el empate, de la mano de José Sosa que en 45 minutos demostró que es el mejor jugador del equipo por escándalo. Se hizo dueño, casi marca de tiro libre y con un par de asistencias dejó solo frente al arquero a Ascacibar y Rollheiser. En ambas el “1” Marrón respondió de maravilla. De la misma manera cuando Leo Godoy se metió al área tras pase profundo de Sosa. El arquero contuvo un remate peligroso.

Era empate y, por lo visto en el final, dejaba un sabor amargo para Estudiantes. Ni hablar cuando Salazar le ganó la espalda a Benedetti y desde el vértice del área le apuntó al palo de Andújar para un 2-1 que dejó al Pincha en la lona, lleno de bronca y con preocupación pensando en lo que se le viene. Ya no tiene objetivos anuales salvo dar el batacazo contra Boca y meterse en una definición. De lo contrario el año dejará un sabor a nada, como anoche en Saavedra.

 

Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2023-10-19-3-42-57-regalo-un-tiempo-fallo-en-la-ultima-y-lo-pago-muy-caro-deportes

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