Desde el juego, un partido rápidamente olvidable. Desde lo emotivo, por la defensa estoica y el corazón en la mano, Gimnasia se llevó un puntazo a La Plata. Un partido perdido en los papeles, terminó siendo un punto valioso para el Lobo.
Lanús y la pelota. Gimnasia y la búsqueda con velocidad, especialmente por afuera. El Grana, desde la primera puntada de Felipe Peña y el talento de Marcelino Moreno, mostró una ambición mayor a la hora de tener el arco rival entre ceja y ceja. Y como contrapartida, el Lobo trató de privilegiar el orden por encima de todo, pero sin dejar de lado la búsqueda ofensiva.
Un cabezazo de Eduardo Salvio, quien peinó en el primer palo un centro de Moreno, fue el primer aviso de la noche. Si bien la pelota salió desviada, toda la defensa albiazul miró. Fue un toque de atención.
Gimnasia respondió con una buena acción que no encontró resolución en Rodrigo Castillo. Sin embargo, el local era más y cuando encontró desplegado al Lobo, terminó en un centro desde la derecha que por centímetros no alcanzo a conectar Ramiro Carrera de cabeza.
El dibujo 3-4-3 no le dio soluciones ofensivas a Marcelo Méndez, que estuvo atado a la chance del centro de Pintado para Castillo. Sólido en defensa, firme el tándem Garayalde-Fernández, el juego ofensivo se diluyó.
Con Castro o De Blasis otra sería la historia. Incluso, seguramente Méndez apostaría al 4-3-3. Sin ellos, la generación de juego quedó supeditada a las acciones individuales y algo que pudiera aportar Ratu Zalazar.
Aún así, primero con Zalazar por la derecha y luego con una buena acción de Valentín Rodríguez desde el sector opuesto, Gimnasia llegó. En una sacó Morgantini al córner y en la otra, muy peligrosa, nunca pudo definir cómodo el lungo Castillo.
La roja a Enzo Martínez, cuando Marcelino Moreno se iba al gol mano a mano con Ledesma a los 33 minutos del primer tiempo, terminó por complicar un partido que ya era cuesta arriba para el equipo albiazul. El uruguayo lo tuvo que bajar, nada que reprocharle al árbitro Mastrángelo, Gimnasia quedó con 10 y casi paga todo demasiado caro, porque Rodrigo Carrera cabeceó solo y la pelota salió desviada cuando a Ledesma solamente le quedaba rezar.
El Tripero se refugió en sus dos líneas de cuatro con Castillo como llanero solitario. Campo, pelota y juego fueron de Lanús, que equivocó caminos aunque un remate de media distancia de Peña Biafore no pasó demasiado lejos. Contrariamente a lo imaginado, Gimnasia no sufrió tanto esos minutos finales de la primera parte.
En el inicio del complemento, por una infracción sobre Valentín Rodríguez, Zalazar tuvo su chance de tiro libre, con buena dirección pero poca fuerza. Losada, aún con rebote hacia adelante, pudo conjurar cualquier peligro.
El Lobo fue una pared blanca sin fisuras, con escasos espacios entre líneas. El local, con el manejo exclusivo de la pelota, la movió de un lado para el otro a la espera de la mejor opción de ataque.
En esa búsqueda de Lanús, Ramiro Carrera probó de media distancia el segundo palo y el remate, débil, salió desviado. Al menos, un intento del local que rodeó toda el área pero sin la claridad necesaria para encontrar la fisura en la defensa albiazul.
Salió Valentín Rodríguez y en su lugar ingresó Gustavo Canto para aportar mejor juego aéreo y -por momentos- rearmar la linea de cinco que desarmó la expulsión del uruguayo Martínez, para bancar una ofensiva cada vez más recargada, con Salvio y Dylan Aquino por los costados y Moreno moviéndose por detrás de la dupla ofensiva Walter Bou-Leandro Díaz.
Ledesma, hacia su izquierda, tuvo una muy buena atajada contra Dylan Aquino y en el rebote Bou la tiró a la luna. Fue una de las pocas veces que el Granate encontró el hueco ante la estoica defensa tripera.
Para defender aún más, entró Augusto Max por Garayalde. Zielinski también buscó aire en el banco con los ingresos de Luciano Boggio y el Laucha Acosta. Un gran cabezazo de Castillo que tapó Losada tuvo el banderín arriba del segundo asistente, Juan Mamani que invalidó la mejor aproximación del equipo de Méndez en el partido.
Lanús le cascoteó el rancho en el final al Lobo. Ledesma le tapó un mano a mano a Bou, también en posición adelantada. Todo el Grana buscó y todo Gimnasia defendió, siempre con una pierna o una cabeza para que la pelota fuese bien lejos o llegara débil a las manos de Ledesma, figura albiazul.
Otro tiro libre de Zalazar no pasó lejos del caño izquierdo de Losada. Martín Fernández, con una plancha contra Leandro Díaz, también se ganó la roja casi con el tiempo cumplido.
Los minutos finales adicionados por Mastrángelo fueron más de lo mismo, con Lanús buscando por todos lados y el Lobo aguantando. Moreno, con un cabezazo desde el punto del penal, le erró al arco. Cuando la última pelota cayó en las manos de Ledesma, se agotaron las ilusiones de Lanús. Y Gimnasia hizo un negoción, llevándose un punto inesperado luego de jugar 60 minutos con 10 y el descuento, 9 contra 11.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-10-1-3-6-3-la-fortaleza-fue-del-lobo-deportes
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