Así es muy difícil, Lobo. Con suspendidos, con algunos de sus jugadores más desequilibrantes ausentes por lesión, con otros que desaprovecharon su oportunidad, nada positivo se pudo rescatar de este encuentro con Godoy Cruz. Y el análisis va más allá de la derrota: Gimnasia quedó en deuda en el juego y en las intenciones, a años luz del juego que pretende el entrenador Marcelo Méndez.

El Tripero continuó en la misma línea de los últimos partidos (la victoria sobre Argentinos Juniors, los empates consecutivos ante Tigre, Deportivo Riestra y Lanús), la de ser un equipo sin lucidez, con menor dinámica y que define su suerte en una o dos jugadas. Así como ante Riestra, las contras del Malevo no prosperaron, ayer el Tomba aprovecho mejor su chance, hubo una floja respuesta de Ledesma y luego, con el 1- 0 consumado, el conjunto albiazul no encontró respuestas futbolísticas, ni en la cancha ni en el banco de relevos.

Méndez sabía que, aún ante las ausencias (Briasco, Castro, De Blasis, Fernández), el equipo debía reencontrar su juego. Por eso, volvió al dibujo 4-3-3 con Augusto Max como eje en el círculo central con Garayalde y Zalazar a los costados y con Abaldo-Castillo-Rodríguez en ataque. Y no fue fácil el partido para el Lobo, contra un rival con mucha gente en el medio y muy dinámico. Así, la idea del DT uruguayo no tuvo eco en la realidad del juego desplegado por sus futbolistas.

Ojo, a Godoy Cruz, con mejor pie del medio para adelante, no le sobró nada. En medio de las dificultades de ambos equipos para llevar peligro, un remate mordido y desviado de Rodrigo Castillo fue lo más peligroso de los primeros minutos, cuando el local buscó el predominio en el juego desde una línea defensiva adelantada y un equipo corto.

Un error increíble en la salida de Yonathan Cabral terminó con la definición de Salomón Rodríguez por encima de Ledesma, que había quedado adelantado y alcanzó a acertar el manotazo a la pelota para salvar al Lobo. Y enseguida, un Gimnasia sentido, casi groggy, se salvó de un remate de Facundo Altamira que terminó en el tiro de esquina.

En el final de la primera etapa, ya en tiempo de descuento, Zalazar tuvo el espacio para ceder el balón a Colazo, quien sacó un zurdazo cruzado que no pasó lejos del caño izquierdo de Petroli. Y Altamira, en la siguiente jugada, metió un desborde bárbaro desde la derecha con un centro rasante que cruzó todo el arco sin que ningún jugador tombino alcanzara a tocar esa pelota. El final de la primera etapa marcó el punto seguido de un partido sin luces y con escasos momentos de dinámica.

Para el complemento, Méndez tomó nota del funcionamiento de su equipo y decidió los ingresos de Matías Miranda y Juan Cruz Esquivel por Garayalde y Rodríguez, que nunca encontró el partido ni la posición.

En un buen momento albiazul al inicio del segundo tiempo, cuando con ímpetu parecía que lo metía a Godoy Cruz contra su arco, un acción rápida en ataque por la izquierda terminó con un remate de Andino que terminó empujando al gol Salomón Rodríguez con una floja respuesta de Ledesma.

Con el 1-0, creció el apuro de Gimnasia, que nunca tuvo un momento para pensar el partido y menos en desventaja. Y sin cerebración, fue muy cuesta arriba encontrar alguna posibilidad clara ante el arquero Petroli.

En el desorden, el Lobo tuvo errores por todos lados. Salomón Rodríguez picó en su campo ante un rechazo y se fue solo, pero nunca se animó a patear. Y Pintado quiso bajarle una pelota a Ledesma y lo dejó muy comprometido en la dividida y el arquero apenas pudo rechazar con su pie derecho.

Un tiro débil de media distancia de Zalazar, fácil para Petroli, al menos sacudió la abulia tripera, con el equipo al borde de los silbidos. Solamente Augusto Max, de muy buena presentación, género aplausos de los hinchas.

A los tropezones, en base a empuje y ganas, Gimnasia empujó a Godoy Cruz contra su campo. Petroli le sacó el gol a Castillo por duplicado, primero en el cabezazo y luego con una gran reacción para tapar el remate sin ángulo del delantero.

A esa altura, ya estaban en la cancha Fabricio Corbalán por el lesionado Pintado y a Franco Troyansky, quien ingresó en lugar de Abaldo. Los mendocinos intentaron recuperar la pelota para poner la pelota en campo mens sana y no sufrir el juego. Y en cierta medida lo logró, porque el Tripero tuvo aproximaciones al arco de Petroli, pero no volvió a generar situaciones de zozobra para el arco de Franco Petroli.

Ahora, Gimnasia tiene tiempo de barajar y dar de nuevo con más cartas en el mazo. El objetivo del 23 de octubre ante Boca por la Copa Argentina es la gran zanahoria delante de las narices triperas. Y ahí apuesta todo.

Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-10-6-3-2-13-el-lobo-tuvo-un-mal-trago-y-perdio-de-local-deportes