La derrota de Gimnasia ante Independiente no fue una derrota más. La diferencia fue mayor al 1-0 y la actuación fue la ratificación del mal fin de año del equipo de Méndez, que nada tiene que ver con aquel que ilusionó cuando el DT cruzó el charco. Aquel equipo imponía condiciones y sabía a qué jugaba; este nada de eso.
Lo perdió en el primer tiempo. Es cierto. Nada de lo planeado salió. Aún así, el partido le dio alguna posibilidad y Gimnasia solamente tuvo una llegada de real riesgo, con un remate de Leandro Mamut que Rey sacó al córner. Después, nada por aquí, nada por allá, profundizando una linea de mal juego que el equipo arrastra desde hace varias fechas.El fin de año está lejos.
Sorprendió Marcelo Méndez en la formación inicial al sumar a Leandro Mamut junto a Lucas Castro y Pablo De Blasis. Una búsqueda de asociaciones y, al mismo tiempo, la intención de cuidar la pelota. Claro que, como contrapartida, la ausencia de Martín Fernández le quitó marca ante un rival muy superior a Newell’s.
Desde las pelotas paradas, Independiente llevó peligro al arco tripero, especialmente en una acción en la que el manotazo de Ledesma evitó consecuencias negativas para Gimnasia. Casi enseguida, una buena atajada del arquero tripero le silenció el gol a un buen remate de Santiago Montiel.
Más allá de la idea del DT uruguayo, el juego albiazul fue inconsistente. Los que saben se juntaron pocas veces, los pelotazos desde el fondo casi no encontraron destinatario y Castillo jugó demasiado de espaldas. Nada pasó cerca de Rey, mientras Ledesma se lucía ante un cabezazo.
Recién después de la media hora inicial Gimnasia pisó el área de Rey con un tiro de esquina que no prosperó y terminó con un remate de Pablo De Blasis totalmente desviado, más para cerrar la jugada que para otra cosa. El partido, muy cortado, tuvo cada vez menos vuelo y ocasiones de gol.
Cuando Independiente llevaba largos minutos sin sostener las riendas del partido y los hinchas hacían visible su impaciencia, la falta de oficio para marcar de Primante generó una infracción al límite del área. Una “suerte de córner corto” cómo decían los relatores de antaño, que Montiel levantó suavecito al punto del penal donde el cabezazo de Joaquín Laso puso el 1-0 favorable al Rojo.
Fue justicia. El Rojo, más allá de lagunas e inconsistencias, fue el único que buscó el partido. El Lobo, que nunca supo cómo jugar el partido, fue además ingenuo para marcar y se convirtió en una fábrica de pelotas paradas que el local, con buenos ejecutantes y mejor altura, pudo aprovechar.
Para el segundo tiempo, Méndez decidió dos variantes con los ingresos de David Zalazar y Franco Troyansky por Castro y Primante. También retocó el equipo Vaccari, con las salidas de Montiel y Saltita González, ambos amonestados en la primera parte. Más allá de que Independiente salió con la ambición de liquidar el partido, la imagen inicial del Lobo en el complemento mejoró, en parte gracias a los cambios.
Así, un buen centro de Zalazar desde la derecha encontró la cabeza de Franco Troyansky, que a su vez encontró bien ubicado a Rey. Por momentos, se rompió la mitad de la cancha y Gimnasia se expuso a las contras del conjunto local. Sin grandes luces en la generación ni peso ofensivo, el Lobo pudo emparejar el trámite del encuentro de área a área.
Leandro Mamut, en la puerta del área para el rebote de una pelota quieta, sacó un gran remate que Rodrigo Rey, con esfuerzo, pudo sacar al tiro de esquina. Fue la mejor acción ofensiva del Lobo en el partido. Pablo De Blasis, con un corte profundo y sangrante, le dejó el lugar al debut en el club de Manuel Panaro, mientras Martín Fernández ingreso por Max.
Independiente, sin precisión para atacar, recuperó la imagen inicial, al menos en el juego de mitad de cancha para habilitar a los externos. Un remate de media distancia de Iván Marcone encontró bien parado a Ledesma, en una de las claras para el Rojo. A Gimnasia, Rey volvió a quedarle lejos, aunque la mayor expectativa que sostenía era estar apenas 1-0 abajo.
Una gran acción individual de Gabriel Ávalos casi se convierte en el segundo gol de la noche. Picó por la derecha, engañó con la posibilidad del centro a Tarzia, se acomodó de zurda y sacó un remate bárbaro que se fue apenas alto sobre el travesaño.
Poco pasó hasta el final del partido. Apenas un par de tiros libres muy mal ejecutados por los futbolistas locales y la desesperación del Lobo por poner la pelota en el área roja. Así bajó la persiana de una nueva derrota tripera en Avellaneda.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-11-22-4-21-14-preocupante-partido-del-lobo-con-derrota-deportes
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