No hay caso. En empate 0 a 0 con Central Córdoba lo dejó con una racha de nueve partidos sin ganar. Tampoco puede en el Bosque, dónde tras el receso ganó un solo encuentro. Gimnasia lucha con sus limitaciones y, aunque mereció ganarle al conjunto santiagueño, no pudo mejorar en el juego. Por eso, en el final, tras el empuje en busca del gol que no llegó, los que sí llegaron fueron los silbidos y los reproches a la Comisión Directiva. Para peor, futbolísticamente hablando, el equipo aparece confundido, a años luz de aquel inicio de Marcelo Méndez que entusiasmó. ¿Puede recuperarlo? A corto plazo es difícil, aunque debe llegar a fin de año como sea con el entrenador en su cargo.
Impreciso en el inicio del juego, Gimnasia tuvo dificultades en el manejo del balón. Así, la visita se sintió cómoda en esos primeros minutos, con un buen desborde de Iván Pillud que llevó algo de peligro al área albiazul. Sin embargo, la primera clara fue del Lobo, gracias a la potencia de Rodrigo Castillo, que le ganó a su marcador en una pelota larga pero no definió bien e Ingolotti tapó con el cuerpo.
El Ferroviario, con jugadores más dúctiles en el manejo del balón, contrastó con un Lobo que dividió más la pelota pero también fue más práctico. Así, un remate del uruguayo Fernández desde la puerta del área obligó a una buena estirada de Ingolotti.
Al Lobo le costó recuperar la pelota. Sin embargo, el buen trato del balón de la visita careció de profundidad. Solo un disparo de media distancia del Kily Vega, muy desviado, intentó inquietar a Marcos Ledesma. El Tripero, sin la chance de encontrarle un socio a Pablo De Blasis, abusó del pelotazo, aunque tampoco Briasco pudo tener una participación importante en el juego.
“Movete Gimnasia, movete” fue el canto-orden que bajó de las tribunas cerca de la media hora. Bajo esa presión, llegó la mejor combinación albiazul que terminó en una descarga hacia la izquierda que terminó mal Valentín Rodríguez, con una pelota a mitad de camino entre centro y tiro al arco que no llegó a nada, yéndose por encima del travesaño.
El local no tuvo juego. Casi no pudo dar cuatro pases seguidos y el rival mostró un fútbol más vistoso, más estético, aunque carente de efectividad. Así, en un final del primer tiempo con la pelota en poder del conjunto santiagueño, no sorprendió que el pitazo final de Yael Falcón Pérez tuviera como respuesta los silbidos de los hinchas triperos, quienes así evidenciaron una disconformidad -aunque no generalizada importante.
Para los segundo cuarenta y cinco minutos, David Zalazar entró por el lesionado Leonardo Morales. La lesión del Yacaré invalidó cualquier duda a la hora de una variante necesaria, porque en la primera parte quedó la sensación de que al Lobo le sobraba un volante central o bien uno de los integrantes de la línea de tres defensores. Zalazar, discontinuo y sin buen final de las jugadas, conservó ese rótulo de “primer suplente”, ese jugador que algo distinto, en algún momento, puede aportar. Por lo menos, desde la idea.
Un centro de Iván Pillud -que le ganó la espalda a Rodríguez- tuvo que ser enviado al córner con un manotazo por Ledesma. Otra vez el equipo de Méndez tuvo muchas dificultades tanto para salir del fondo como para recuperar el balón, otra vez propiedad del conjunto santiagueño. Y la visita, con algún cabezazo y pelotas filtradas, empezó a inquietar a la defensa mens sana.
Creció el Tripero, desde el empuje de su gente y desde un par de pelotas quietas de Zalazar. Pareció encerrarlo al conjunto santiagueño, que perdió lucidez para salir del fondo. Por eso De Felippe decidió probar con Meli en el lateral, Cabrera para generar juego y Varaldo adelante. La única clara del Lobo fue desde una pelota quieta, con un cabezazo hacia adentro y la rapidez de un defensor para meter la punta del botín y sacar al córner antes de que entraran los delanteros triperos.
La roja al Kily Vega por una plancha sobre Yonathan Cabral, le dio al Lobo la chance de encarar el tramo final del partido con ventaja numérica. Méndez decidió cambios ofensivos, con sangre joven muchas veces reclamada: ingresaron Jeremías Merlo y Santino Primante por Max y Briasco.
El Lobo arriesgó más y aceleró. Por eso, una corajeada de Rodrigo Castillo pasó paralela a la línea de gol sin que nadie llegara. Tras un tiro de esquina ejecutado por Zalazar, el remate de Martín Fernández se fue sobre el travesaño. Y lo tuvo Castillo otra vez, pero su remate fue obstaculizado por un defensor y terminó en el córner.
El final fue todo del Tripero. Santino Primante le bajó una pelota bárbara a De Blasis, que se comió un gol increíble con su remate sobre el travesaño ante la salida de Ingolotti. El empuje de los últimos minutos no le alcanzó para quedarse con los tres puntos que mereció por la cantidad de llegadas, aunque el juego del equipo sigue sin mejorar.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-11-6-2-54-41-merecio-algo-mas-gimnasia-sigue-sin-poder-ganar-deportes
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