Méndez cumplió. La victoria sobre un buen rival como este Vélez tuvo mucho de que el entrenador uruguayo había pregonado en la previa. Pero aún, más allá de la presión alta, la ambición y el protagonismo, los hinchas vieron algo distinto con los mismos jugadores. Literalmente, 10 de los titulares lo fueron ante Banfield hace casi un mes, pero el equipo fue otro, desde la actitud y desde el juego.

El mayor mérito del Lobo estuvo en haber entrado metido al segundo tiempo y no haber perdonado cuando vio dudas en el rival.

Antes, cuando su arco estuvo comprometido, pudo descansar en las seguras manos de Insfrán, un punto alto -otra vez- en el Lobo.

La primera chance la tuvo Gimnasia, con un centro desde la izquierda que no pudo conectar Castillo pero encontró al uruguayo Abaldo entrando por la derecha quien sacó un remate cortito que se desvió en un defensor.

Fue la primera llegada del partido, con Gimnasia ambicioso a la hora de plantarse en el campo rival y con Vélez buscando el desequilibrio por la izquierda, tratando de duplicar los hombres contra el uruguayo Pintado.

Una mala salida defensiva de la visita generó una nueva chance para el Lobo, porque Benjamín Domínguez recuperó la pelota y le pegó desde lejos, aunque el balón se desvió en Mammana y terminó en el tiro de esquina.

Con buen ritmo en los primeros minutos, el Tripero se animó a jugar de igual a igual ante un rival con mucha dinámica y buenos futbolistas, con la peligrosidad permanente de Thiago Fernández a la cabeza.

La presión alta de Gimnasia fue muy buena en el inicio, pero Vélez sabe jugar con espacios. Así, ante una pérdida tripera en ofensiva, condujo Claudio Aquino quien le puso un pase profundo a Braian Romero quien, entrando por la derecha, sacó un remate que rozó el travesaño.

De una buena combinación por la derecha entre Abaldo y Pintado, el centro del uruguayo encontró la palomita de Pablo De Blasis que no alcanzó a conectar bien el balón. Fue otra jugada clara para el equipo de Marcelo Méndez.

Vélez respondió con un buen centro atrás de Ordóñez para Aquino, solo, quien sacó un remate bajo que obligó a una gran atajada de Nelson Insfrán, que ni siquiera dio rebote. Pasada la media hora, bajó la intensidad del juego y Vélez comenzó a sentirse mucho más cómodo que Gimnasia.

Afloraron las imprecisiones del local y el equipo de Quinteros lo dominó. Cada error del dueño de casa era una alerta para Insfrán, especialmente una jugada “sucia” que le quedó a Thiago Fernández que mandó la pelota a la luna desde el punto del penal.

Sin embargo, en el peor momento del Lobo, desde un tiro de esquina con jugada preparada sacando la pelota, Rodrigo Castillo, el mismo que le ganó la pulseada a Eric Ramírez para ser titular, en el forcejeo con su marca alcanzó a desviar la pelota (con la rodilla) y mandarla dentro del arco de Marchiori para poner el 1 a 0 en el Bosque.

Así, con el 1-0 que calmó algunos murmullos que empezaban a bajar desde las tribunas, Gimnasia pudo irse al descanso en ventaja para repensar virtudes y defectos de los primeros 45 minutos.

En el inicio del complemento, entre errores repartidos, avisó Gimnasia con un remate a colocar de Pablo De Blasis que se fue apenas afuera y apenas minutos después, desde un desborde de Benjamín Domínguez llegó el cabezazo de Matías Abaldo (tras un muy buen movimiento) para poner la pelota contra el caño izquierdo de Marchiori y marcar el 2-0.

Y tuvo el tercero Benjamín Domínguez que definió una muy buena contra y el poste dijo no. El buen momento del equipo terminó de levantar a la hinchada albiazul que se olvidó de los minutos de dudas de la primera parte.

Lo fue a buscar Vélez, con un buen tiro libre de Claudio Aquino y un cabezazo desviado de Valentín Gómez. Insfrán, con una gran volada, le sacó el descuento a Thiago Fernández. Sin embargo, Gimnasia pudo salir de la arremetida fortinera y un tiro libre en forma de centro ejecutado por Nicolás Colazo se convirtió en el tercer tanto tripero. Nadie tocó esa pelota y VAR mediante, el árbitro Franco Acita convalidó el 3 a 0.

Descontó Matías Pellegrini, que puso la pelota arriba en el ángulo izquierdo del arco de Insfrán. Un golazo para el 3 a 1 que sería el resultado definitivo. Para el descuento quedó un gran movimiento de Rodrigo Castillo, que se acomodó muy bien tras una pelota profunda de Rodríguez pero no pudo darle fuerza al remate.

Así, todo Gimnasia se fue feliz del Bosque. Los jugadores festejaron con los brazos en alto y los hinchas salieron del Zerillo con las ilusiones renovadas. No es poco.

Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-5-14-3-13-11-el-lobo-convencio-y-justifico-las-ilusiones-renovadas-deportes