Argentina fue campeón otra vez. Cuarto título en tres años para ratificar que es el mejor. Para hacer llorar a un país que sufrió con las lágrimas de Leo Messi y que se abrazó con el festejo de Lautaro Martínez en el segundo tiempo del alargue. La Selección derrotó 1-0 a Colombia y se quedó, por segunda vez consecutiva, con la Copa América.
El triunfo lo justificó en el final de los 90 minutos reglamentarios y en el alargue, cuando dio en la talla y, aun sin su emblema en cancha, lo fue a ganar. Gran acierto de Lionel Scaloni en los cambios ya que Leandro Paredes, Giovanni Lo Celso y Lautaro participaron de la jugada que definió el juego.
En el primer tiempo el partido ya mostró las dificultades que iba a tener la Selección para imponerse ante un rival muchísimo más duro que los que enfrentó en la fase de grupos y en la semifinal ante Canadá. Tal vez lo más parecido a Ecuador pero con jerarquía individual superior.
Presionó bien arriba Colombia y atacó mucho con sus laterales Johan Mojica y Santiago Arias, este último el reemplazante del suspendido Muñoz. Fue por las bandas donde encontró superioridad y velocidad. Y eso le posibilitó a James Rodríguez estar más solo en el mediocampo para distribuir la pelota. Sin tener chances muy claras fue superior a la Argentina.
A la Selección le costó como en toda la Copa América la gestación de juego. No pudo Leo Messi en ese primer tiempo sacarse una marca de encima y tampoco Di María sorprender, más allá de cambiar de banda de la derecha a la izquierda para frenar las subidas de Arias. Pero ninguno de los dos referentes pudo desnivelar, mostrando que el paso de los años es más que claro: ya no tienen la explosión individual de otros tiempos, por ejemplo la del Mundial de Qatar.
De todos modos se las arregló para llegar hasta el arco de Camilo Vargas. Al minuto Montiel llegó al fondo y le cedió la pelota a Julián Álvarez, que remató desviado. Fue la única vez que el lateral derecho llegó con pelota dominada y terminó bien una jugada y a la postre elaboró la mejor situación para Argentina, casi tanta como la de Messi a los 19 minutos, que terminó con un remate sin fuerza luego de que la pelota pasara del medio a la izquierda y volviera al “10” para un mejor final.
Para colmo Leo se torció el tobillo sobre el cierre y los últimos 6 minutos los jugó casi sin exigencias y mostrando demasiado dolor. Incluso se especuló con una salida prematura, pero prefirió aguantar hasta el entretiempo. Pero fue evidente la ventaja que dio en ese lapso y en buena parte del torneo. La pasó mal desde lo físico y mucho más contra rivales intensos como Colombia que redujo cada centímetro del campo. Sin entrar en escena Alexis Mac Allister ni Enzo Fernández, lo de Argentina se redujo a lo que pudiesen hacer los dos referentes, que no pudieron nunca en esa primera parte.
El partido tuvo el quiebre definitivo, al menos desde lo emocional, con la salida de Lionel Messi a los 20 minutos. Solo sintió el pinchazo y una lesión muscular que lo dejó tendido en el piso y de inmediato afuera de la cancha. Su llanto fue el de todo el pueblo argentino. Su salida, sin dudas, un golpe para la Selección y una muestra de carácter para el plantel.
En su reemplazo ingresó Nicolás González, que en sus primeros minutos se movió con criterio y aportó esa energía que le faltaba al equipo. Tuvo una disputa aérea y a los 30 minutos un gol que fue anulado por off side previo de Tagliafico en el inicio de la jugada. Nada para discutirle al asistente ni al VAR. Pero una señal que algo bueno podía suceder en medio del nerviosismo lógico del desenlace de una final.
Argentina jugó con actitud los minutos de cierre y el tiempo extra. Sin su líder y aun con una clara merma futbolística respecto a sus mejores momentos, tuvo más ganas de ganar que su rival. Fue al frente, a veces con su juego colectivo y sino de forma directa. Pero fue y casi lo encuentra a los 4 minutos del suplementario pero el arquero le sacó el gol a Nico González que otra vez encontró la pelota tras un centro desde la izquierda. Inmenso Vargas para quedarse con la pelota.
Pero la Selección ya estaba mostrando otra postura y la búsqueda por el triunfo con suma grandeza apoyada en los cambios de Scaloni: entraron muy bien Lautaro, Paredes y Lo Celso, en ese orden. Y los tres participaron de la jugada que a falta de 10 minutos, en el tiempo extra, definió el partido. Recuperó en el medio el volante, tocó para el exCentral que con un exquisito pase dejó al del Inter mano a mano contra Vargas para el gol que hizo gritar a todo un país, que pese al frío y a la hora que terminó la final (un papelón organizativo) celebró en las calles esta nueva consagración, justo en la despedida de Ángel Di María y con Messi afuera. Vaya si se merecían este título, uno para retirarse y el otro para batir más récords.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-7-15-4-48-30-argentina-otra-vez-en-la-cima-de-america-en-una-final-inolvidable-deportes
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