Gimnasia está entre los ocho mejores de la Copa Argentina. Y es justicia. El Lobo siempre fue superior al rival, que casi no inquietó a Marcos Ledesma. Y si bien lo mejor de los dirigidos por Marcelo Méndez se vio en la primera mitad, el gol de Benjamín Domínguez en los primeros minutos del complemento aportó la tranquilidad para que el Tripero manejarse los tiempos del partido.
Cómo para que el capítulo de la historia tenga un final feliz, Benjamín Domínguez convirtió el tanto del triunfo. Lágrimas propias y de los hinchas en una noche soñada para el pibe que dejó al Lobo a las puertas de un partido clave (sea el rival Boca o Talleres) y con las ilusiones intactas en una copa siempre amable y que Gimnasia desea.
El gran pecado de los primeros 45 minutos es no haber convertido. Errores en la última puntada, salvadas providenciales y el arquero Miño convertido en figura alcanzaron a explicar que Gimnasia no haya logrado abrir el marcador en la primera mitad.
El Tripero lo buscó desde el inicio. Con matices, porque por momentos controló el desarrollo del juego llevándolo a una intensidad muy superior a la del rival y en otros buscó la pelota larga y el mano a mano de los extremos.
Así, Gimnasia logró acercarse al arco de Barracas con un par de remates y alguna aproximación. Sin embargo, una acción pareció definir el rumbo de esa primera etapa. Fue una tremenda triple salvada, con el arquero Miño y el central De Martini sacando pelotas en la línea y un último cabezazo de Garayalde que pasó pegado al palo izquierdo. Los hinchas, en la tribuna local, no lo podían creer.
Respondió Barracas con un remate de Santiago Coronel que Marcos Ledesma terminó sacando al tiro de esquina. Tras frenar un tanto el asedio tripero, Barracas buscó posesiones largas y algún remate desde lejos salvador.
Se asemejó el juego del Lobo, que no tuvo la intensidad de los primeros minutos. Gimnasia comenzó a tomar malas decisiones y, como contrapartida, Barracas Central tuvo un cabezazo de Alexis Domínguez que no pasó lejos mientras la defensa albiazul quedaba estática.
El aviso de Barracas despabiló al Tripero, que tuvo su segunda oleada de ataques peligrosísimos sobre al arco rival. Primero Zalazar tuvo un mal control cuando quedaba solo con el arquero, después Miño le sacó un remate a Garayalde y luego otra vez el arquero tapó un remate en otra doble acción de riesgo a favor del equipo de Méndez, tras un cabezazo al que no llegó un hombre del Lobo.
El Lobo lo buscó por todos lados. En la corta y la larga, con acciones elaboradas y desde la pelota detenida. Desde el banco Méndez pudo ver un equipo recuperado del temblor en la Liga, pero lamentándose una y otra vez por ese gol esquivo.
Cuando parecía que el segundo tiempo iba a ser más enredado, con Barracas achicando los espacios, Rodrigo Castillo bajó una pelota desde la estratosfera y el derechazo de Benjamín Domínguez tuvo fuerza y una carga de despedida y nostalgia anticipada contra la que nada pudo hacer el arquero. “Olé, olé, olé, Benja, Benja” cantaron los hinchas triperos, enloquecidos con el 1 a 0 parcial.
Gimnasia no se conformó con la ventaja y siguió buscando el arco rival con ambición, aunque sin la cantidad de llegadas de la primera mitad. El equipo de Méndez, aún con la ventaja mínima, pudo controlar el juego. Trató siempre de poner el juego en el campo de Barracas para que las acciones se desarrollasen lo más lejos posible del arco de Ledesma.
Justamente Ledesma se quedó con un disparo de Iacobellis desde la puerta del área, cuando el Guapo, en base a alguna pelota parada, intentó merodear el arco tripero. El Lobo perdió el control del juego y también al Pata Castro, que salió con una molestia muscular. Lo reemplazó Matías Abaldo y fue David Zalazar quien bajó a la mitad de la cancha para hacer tándem con Garayalde.
Cuando a los 38 minutos Benjamín Domínguez pidió el cambio y fue reemplazado por Norberto Briasco, se vivió un momento de gran emoción en Lanús. Se fue ovacionado por los hinchas, abrazado por todos sus compañeros y con toda una película pasando por su cabeza, desde los inicios en los campitos de Los Hornos, pasando por Comunidad Rural, las juveniles triperas, el debut de la mano de Pipo Gorosito y estos dos años y medio como titular.
Además, ingresó Juan Cruz Cortazzo en lugar de Garayalde. La roja a Cortazzo, cuando Barracas buscaba la heroica, le agregó un condimento extra a un partido caliente que Gimnasia ganó bien.
El final, entre centro y centro, fue con la pelota en las manos de Ledesma. Y después, la gran batahola entre los protagonistas que no modifica lo esencial, que Gimnasia está entre los ocho mejores de la Copa Argentina, dónde espera por Boca o Talleres.
La victoria es un premio para el equipo, pero especialmente para su DT Marcelo Méndez quien, con paciencia de orfebre, deberá buscar el desequilibrio en ataque ya sin Benja, que se despidió de Gimnasia en su mejor momento y vivirá el final de lo que ayudó a construir desde la lejanía de Bologna.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-8-23-2-46-26-el-rival-de-cuartos-saldra-del-cruce-entre-boca-y-talleres-deportes
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