Como ocurre cada año, la conmemoración de San Cayetano, patrono del pan y el trabajo, comenzó anoche con una emotiva procesión callejera de varios kilómetros, desde la localidad de Lisandro Olmos hasta la iglesia de 44 entre 29 y 30, epicentro de las actividades en la Ciudad.
En tanto, hoy habrá misas durante toda la jornada, junto con las bendiciones y confesiones, mientras que a las 18 se frenarán esas actividades para realizar la también tradicional procesión por el barrio.
Al respecto, el padre Mariano Salvador, párroco del Santuario San Cayetano, destacó que la festividad de hoy aglutina no solamente a los fieles sino también a los religiosos no tan practicantes. "Es lo que la Iglesia llama devoción popular", expresó. "Es autónoma de la práctica religiosa habitual, que funciona más por transmisión oral. Son las abuelas, los compañeros de laburo, etc., los que convocan. Entonces, estas prácticas se van aprendiendo, como la de cada 7 ir a San Cayetano y encender una velita. En el fondo, es como el principio de una fe más madura. Al fin y al cabo, sostener una relación con Dios, a través de San Cayetano en este caso, nos da una nueva mirada, nos renueva la esperanza".
En diálogo con "Inteligencia Artesanal", por La Redonda 100.3, el sacerdote destacó que además de la gente que concurre a pedirle pan y trabajo al Santo, están los que van a agradecer por tenerlo. "Hay algo lindo en eso porque la gente es cada vez más consciente que tenemos que tener un corazón más agradecido. Eso nos permite reconocer que muchas cosas que tenemos o lo que somos no dependen tanto de nuestras decisiones, de mi astucia o de mi inteligencia, sino que también son un don. El otro es don, las oportunidades que me da la vida son un don, la propia vida es un don, y eso no da una mirada más serena sobre nuestra propia existencia cuando nos toca atravesar circunstancias no tan felices".
La entrevista completa, en el audio adjunto:
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