A veces, lo que cuesta mucho se valora el doble. Fue el caso del triunfo ante San Martín de San Juan, uno de los equipos que peleará las tablas de abajo durante la temporada 2025. Entonces ¿por qué tanta valoración? Porque en otro momento, una expulsión como la de Manuel Panaro (a los 40 minutos de la primera mitad) era la sentencia de muerte a las posibilidades de éxito triperas. Para Gimnasia, una roja en contra -cuanto más temprano, peor era casi sinónimo de partido perdido.

Ayer, eso no sucedió. Y ojo, que el Lobo no jugó el partido más cómodo. Sí, seguramente, el que más le convenía. Gracias a la falibilidad de los hombres de ataque visitantes -Franco Toloza primero, Federico González después- Diego Flores apeló a un bloque bajo, a marcar cerca de Insfrán, a que las sucesivas piernas en pocos metros provocaran el error y a que Leonardo Morales y Gastón Suso sacaran una y otra vez todo lo que cayó cerca del área.

Antes de la roja, el partido no había sido así. Apenas ante el primer tiro de esquina ejecutado por Alan Sosa, Rodrigo Castillo erró un gol increíble porque metió el frentazo en soledad y la pelota se fue desviada contra el caño izquierdo del arco visitante. Enseguida, Manuel Panaro arrancó por la izquierda, enganchó hacia adentro y sacó el latigazo abajo, muy cerca del poste derecho de Matías Borgogno.

Gimnasia arrancó muy metido. Así, más allá de algún susto por un compromiso que le entregó Panaro a Silva que no pasó a mayores y de una pelota que peinó Tijanovich y Leo Morales sacó de cabeza al córner, el Lobo fue mucho más, por ambición, presencia en el campo contrario y sumatoria de pases.

Perdió protagonismo el Lobo luego de los 25 minutos, cuando el juego se hizo más cortado. De todos modos, más allá de algunas pelotas quietas, no hubo participación de Insfrán. El Lobo logró salir con un pelotazo largo que Castillo remató cruzado, más un buscapié que un tiro al arco.

El gol tripero llegó de modo inesperado. Forcejeó Alan Sosa por la pelota dentro del área y el balón dió en un codo de Lucas Diarte. No dudó Yael Falcón Pérez y menos dudó con una gran ejecución Pablo De Blasis, que engañó al arquero para el 1-0 a favor de Gimnasia.

La roja a Manuel Panaro, por una segunda amarilla, complicó un partido que -con la ventaja- era muy favorable para el Lobo. El segundo tiempo obligó a un replanteo del ajedrez táctico de ambos equipos. Para el segundo tiempo, Antuña hizo un par de variantes. Dejó de jugar con una linea defensiva de cinco hombres y agregó un generador de juego (Sebastián González) para pasar a ser el dominador del juego ante un Gimnasia que eligió achicar espacios hacia atrás y armar un bloque bajo, demasiado cerca del arquero Insfrán.

Salió lesionado Martín Fernández, reemplazado por Facundo di Biasi. Una buena contra albiazul dejó a Alan Sosa mano a mano con el arquero, que tuvo una buena atajada contra el juvenil tripero, que hizo la pausa antes de sacar el remate.

Después, llegó la polémica de a tarde, con el gol anulado a Rodrigo Castillo. La gran definición del delantero, a pesar del posterior fallo del VAR, no hizo más que acrecentar los aplausos para un hombre que hizo lo de siempre y un poco más, incluso jugando de llanero solitario. Así, supo elegir cuando la jugada requería velocidad (aunque no sea su principal atributo), cuando había que dar la vuelta y buscar compañía o cuando había que buscar el foul para que todo el equipo saliera del fondo. Puede ser criticado, pero cualquier jugador va a querer tener un compañero como Castillo.

Para el final, llegó la presentación del colombiano Piedrahíta, que mostró cosas interesantes; y los ingresos de Giampaoli (sólido de alto), Merlini y Briasco para terminar de aguantar una victoria justa, que no tuvo brillos pero sí mucho esfuerzo. Son tres puntos que -en la cuenta final- seguramente sumarán para un equipo en formación, que tiene para mostrar otra cara diferente.

Nota publicada originalmente: https://www.eldia.com/nota/2025-2-18-3-15-28-gimnasia-sufrio-pero-logro-otra-victoria-vital-deportes