Tremendo partido el de Estudiantes. De los mejores en mucho tiempo. Por juego y por el rival, al que borró de la cancha con fútbol y entrega. El Pincha superó 2-0 a Racing en UNO, sumó su segundo triunfo como local, sigue invicto y quedó como puntero de su zona. Cuando todavía hay cráneos que le buscan más jugadores al plantel, el equipo lució de la mejor manera, principalmente en la zona media.
El equipo de Eduardo Domínguez mostró el mejor juego en mucho tiempo y si el resultado no fue más abultado mucho tuvo que ver Gabriel Arias y la mala definición. Como habrá sido que hasta Gustavo Costas, que suele correr de punta a punta faltando unos minutos se entregó y entendió que no había sido la noche de su equipo. Pensar que todavía no debutaron Facundo Farías, Ezequiel Piovi y que los colombianos Cetré Manyoma no jugaron o lo están haciendo poco.
En el primer tiempo Estudiantes fue ampliamente superior a su rival. Como ante Unión en el debut, mostró muy buena sincronización y manejo de pelota. Fue rápido y efectivo, con sociedades que futbolísticamente le hicieron la vida imposible a Racing. Esa defensa con tres jugadores que planteó Gustavo Costas no surtió efecto y mostró todo tipo de problemas por las bandas.
Primero fue Joaquín Tobio Burgos quien encontró a espaldas de Di Césare los espacios suficientes como para llegar al fondo del campo. Y del otro lado Ascacibar y Eric Meza hicieron lo suyo. En todos los casos el equipo tuvo un cerebro y el jugador más inteligente para manejar los tiempos y espacios: José Sosa. El Principito fue determinante para levantar la cabeza, buscar el mejor lugar y decidir por dónde atacar. Un primer tiempo 10 puntos para un jugador que casi con 40 años jugó como un pibe que recién se inicia.
Con una temperatura que superó los 35 grados a la hora del partido, el Pincha presionó en la salida y jugó muy bien asfixiando a un rival que lució incómodo en todo momento y que no tuvo a Luciano Vietto con posibilidad de manejar la pelota. Tampoco aparecieron Almendra ni sus temidos delanteros Maravilla Martínez ni Maxi Salas. Pero más allá de ser superado casi en los 45 minutos, mostró algunas de sus muchas condiciones cada vez que tiró la pelota al área.
El chileno Arias, en ese primer tiempo, varias veces hizo lo posible para el partido, tomándose todo el tiempo posible a la hora de sacar desde el arco. Pero cuando ya caminaba por la cornisa de la amarilla hizo lo que hacen todos los arqueros: se tiró al piso para que ingresen los auxiliares y Gustavo Costas pudiese hablar con sus jugadores para ordenar el dibujo.
Pero no surtió efecto lo realizado por Arias y Costas porque en la jugada siguiente se reanudó el partido y Guido Carrillo presionó alto, robó y entregó a Tiago Palacios, que volvió a quedar mano a mano con Sosa. El uruguayo hizo la pausa y habilitó al Ruso Ascacibar, que definió con mucha clase por sobre Arias para el merecidísimo 1-0. El reloj marcaba los 34 minutos y no había nada más justo que ver al Pincha en ventaja.
Es más, si bien luego el partido se equilibró un poco y hubo situaciones en las dos áreas, otra vez Palacios tuvo una jugada bien clara que pudo ser el 2-0. Pero definió débil a un palo y el arquero de la Academia llegó sin problemas.
Para jugar el complemento Racing introdujo variantes en todas sus líneas para buscar. Hasta que a los 13 la defensa de Racing se volvió a equivocar en una pelota cruzada, no pudieron rechazarla y el uruguayo Gabriel Neves la recuperó, eludió a un rival y con un tremendo zurdazo dejó sin chances a Arias para el 2-0, que no estaba en los planes pero que a juzgar por lo sucedido en la hora jugada estaba muy bien.
Tras cartón Domínguez entendió que era hora de los cambios. Afuera la figura José Sosa para el ingreso de Cristian Medina y la conformación de una línea de cinco jugadores con la inclusión de Facundo Rodríguez. Estaban muy bien los centrales pero el DT creyó que era lo mejor porque el rival empezaba a probar con el juego directo que a veces le duele a la defensa albirroja.
El partido se picó. A la Academia no le gustó el toqueteo ni sentirse dominado y empezaron las patadas y las amarillas. Pero de alguna manera metió en partido a la visita que buscó de alguna manera encontrar su norte para meterse en juego otra vez. La salida del uruguayo Neves, otro punto alto, dejó a Estudiantes con alguna falta en la mitad de cancha, la zona del campo en donde se hizo enorme para construir un juego convincente en todas las líneas. El corazón de Ascacibar, las ganas de Neves y el cerebro de Sosa fueron los puntales del equipo de Eduardo Domínguez, que sigue esperando al marcador central que le falta y escapándoles a todos ofrecimientos y operaciones de empresarios por seguir plagando de jugadores al plantel. Anoche necesitó solo de Santiago Núñez, que ya fue campeón 2023, para reforzar a un equipo que juega bien en serio.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2025-2-4-5-22-26-esto-no-es-una-escuela-es-una-verdadera-academia-deportes
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