Ya está. Crónica de una muerte anunciada podría ser un titulo lógico para un ciclo agotado mucho antes de que Colombo atajase el penal del colombiano Piedrahíta. Diego Flores ya no será el DT de Gimnasia, una decisión tardía y que profundizó la crisis de credibilidad de una dirigencia que coleccionó en serie campañas de descenso.
Flores no estará, pero eso no asegura un futuro mejor. Se va por un penal cuando debió haber se ido por los pobres resultados, el pobre funcionamiento, la goleada ante River, la falta de gol y de juego, 45 minutos colgado del travesaño en el clásico, la falta de solidez defensiva y una derrota ante Vélez en la que Gimnasia casi se derrotó a sí mismo.
Flores es historia y ahora la dirigencia -que no puede mostrar grandes aciertos- deberá elegir su reemplazante con la convicción de un pleno en la ruleta. Y con el gran problema de no poder tentar al DT con proyecto deportivo, plantel o dinero. Serán semanas difíciles hasta la vuelta a los entrenamientos en un par de semanas.
Los primeros minutos se dieron como se esperaba, con Gimnasia intentando marcar la diferencia de categoría desde la posesión de la pelota y el Charrúa en plena búsqueda de espacios para sorprender. Así, un tiro libre mal ejecutado por Jan Hurtado y un pelotazo largo que no alcanzó Joaquín Messi fueron meras aproximaciones en el inicio del juego.
Lucas Castro intentó manejar los hilos del equipo aunque no siempre estuvo preciso. La más clara la tuvo Jan Hurtado, que quedó solo tras una buena asistencia de Merlini pero definió al cuerpo del arquero Colombo.
Gimnasia, un equipo lento para el fútbol de Primera División, le pudo marcar diferencias físicas a Central Córdoba cada vez que sus futbolistas le imprimieron una marcha más a su juego. Sin embargo, los errores y los malos pases estuvieron a la orden del día, por eso Messi llegó a cabecear casi desde el punto del penal, pero demasiado alto y desviado.
El Charrúa, empujado por sus hinchas al grito de “vamos, vamos Matador” supo aprovechar algunas carencias del Tripero. Por eso, primero se la sacaron del buche a Pablo Vranjicán y luego Facundo Marín exigió a Insfrán con un disparo esquinado.
Se hizo entretenido el partido desde las imperfecciones, porque también Central Córdoba tuvo problemas para alejar el peligro y así Pedro Silva sacó un zurdazo seco que se fue por el palo izquierdo del arco charrúa.
Hurtado encontró un regalo dentro del área por una desatención defensiva, lo asistió a Castro y el remate del Pata -un penal en movimientoencontró la pierna izquierda de Colombo que evitó la apertura del marcador.
El final de la primera etapa dejó sensaciones ambiguas, porque Gimnasia estuvo cerca de abrir el marcador y lo mereció, pero estuvo lejos de un buen rendimiento. Casi nunca pudo marcarle la diferencia de tres categorías al Charrúa, un buen equipo que no deja de ser de la Primera C.
El segundo tiempo comenzó igual, más allá del ingreso de Matías Melluso por Silva. Por momentos Central Córdoba pudo quitarle la pelota a Gimnasia, pero el equipo de nuestra ciudad se mostró siempre más peligroso. Cuando pudo triangular, el Tripero marcó diferencias y generó llegadas como en el centro atrás de Piedrahíta que Merlini tiró por arriba del travesaño.
Flores metió mano en el equipo y puso a Nicolás Garayalde y Rodrigo Castillo por Castro y De Blasis, en una búsqueda de mayor peso ofensivo aunque llamó la atención la salida de Castro, de lo más lúcido de un equipo sin demasiadas ideas.
Los hinchas triperos, más calmos que en los últimos partidos en el Bosque, cantaron contra los jugadores cuando, a mitad del segundo tiempo, al equipo se le hacía cada vez más difícil establecer diferencias sobre el rival. A esa altura, Garayalde y Di Biasi tomaban el medio, Merlini tenía mayores libertades, Castillo se recostó sobre la derecha con Hurtado de 9 -luego reemplazado por Mammini- Piedrahíta por izquierda, que tuvo una jugada clarísima cuando su zurdazo cruzado se fue apenas desviado.
La calma pareció llegar a través de una combinación desde la derecha que terminó en un centro perfecto para la cabeza de Bautista Merlini que puso el 1-0 a los 25 minutos del complemento. Parecía que ya estaba: era la tranquilidad para un equipo albiazul que -pese a sus errores- en el segundo tiempo marcó más diferencias que en la primera mitad.
Pero cuando las cosas vienen mal barajadas, el fondo del pozo no aparece nunca. Muy cerca del final, una desatención defensiva en una pelota quieta terminó con Marín aprovechando el error defensivo (de Melluso, entre otros) para poner el 1 a 1. Y los penales, como ante Boca y Excursionistas, sellaron la derrota y profundizaron una crisis sin final a la vista.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2025-5-12-1-9-50-un-papelon-termino-con-el-ciclo-flores-deportes
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