Qué pedazo de triunfo. Enorme. De esos que quedan grabados. Por la contundencia, por el momento en el cual llega y por lo que puede significar de cara al futuro de la zona A. Ganó Estudiantes en Santiago. Goleó del otro lado de la Cordillera. Fue 3-0 a la Universidad de Chile para alcanzar la punta, tener la clasificación a octavos de final en sus manos.
No fue una exhibición de fútbol pero sí una muestra de carácter necesaria para salir del mal momento y dar el paso necesario para seguir en carrera. Ahora sí puede estar realmente feliz y hasta darse el lujo de ir a jugar con todo a Rosario.
En definitiva, tiene la clasificación al alcance de su mano y no es poca cosa. El máximo objetivo de 2025. El primer tiempo de Estudiantes fue increíble. Empezó con algunas dudas y siendo sometido por su rival, que jugó con ímpetu y muchas ganas de golpear a un rival que no llegaba de la mejor manera al compromiso. Juego directo, actitud y transiciones cortas para encontrar mal parada a la defensa Pincha, que se paró con tres centrales que encimaron bien a Di Yorio y a los puntas locales. Buenos 45 minutos de los tres, principalmente de Facundo Rodríguez.
El Pincha no se tenía confianza claramente. El equipo no se animó a pisar mucho el campo rival por las bandas aunque intentó más por izquierda con Santiago Arzamendia que por el lado de Eric Meza.
En el medio las recuperaciones no generaban mucho por la poca audacia y frescura de Tiago Palacios y Cristian Medina, que jugó un partido de menor a mayor. Una vez que ganó confianza fue muy importante.
A los 15 minutos avisó Arzamendia por la izquierda con un pase de Carrillo, que jugó de asistidor. Se puso la “10” del equipo con un desgaste descomunal y un esfuerzo mayúsculo.
Esa jugada terminó en un mal pase pero un llamado de atención que algo nuevo podía venir.
Lo que llegó fue el gol de Tiago Palacios a los 23 minutos, por un buen pase desde la zona media, la confianza del volante y el error garrafal de Franco Calderón, que se durmió y nunca rechazó el balón. Entonces el jugador albirrojo definió al fondo del arco.
Ese gol le dio mayor ímpetu a Estudiantes, que se empezó a sentir más cómodo y confianza. La solidez defensiva que mostró fue la cara opuesta a la respuesta de su rival, que a los 30 minutos se olvidó de marcar a Santiago Ascacibar en una pelota parada y el Ruso, de cabeza, anotó el segundo tanto, para la locura de los 1200 hinchas que llegaron desde La Plata y alrededores. Un gol que golpeó a los dos equipos.
Lo pudo aumentar Eric Meza con otro ataque por la derecha pero lo hizo Guido Carrillo, el enorme delantero, que recibió, giró y luego de eludir al arquero Castellón gritó el tercero de Estudiantes, el noveno en Copa Libertadores con esta camiseta para quedar a sólo tres de los históricos Juan Ramón Verón y Mauro Boselli.
Pudo descontar la U en los últimos minutos de ese primer tiempo de locos, que no imaginó ni el más optimista de los hinchas. Tal ni el propio Domínguez ni su suegra Margarita Bianchi, la esposa del Virrey que llevó su energía positiva a Santiago de Chile.
En el segundo tiempo el partido fue el esperado: U de Chile al ataque con cuatro variantes desde el inicio. Estudiantes jugó con campo y desesperación ajena, con chances de liquidar una noche bien de Copa Libertadores. Hubo nervios, golpes, simulaciones, gritos y polémica con un árbitro que se dejó influenciar demasiado por el empuje de los locales.
Estudiantes jugó más cerca de su arquero Mansilla, pero tuvo las chances más claras en los primeros 15 minutos. Un remate de Ascacibar que salvó el arquero y un cabezazo de Carrillo fueron demasiado claras. Del otro lado una contra que Javier Altamirano definió a las manos del “1” del Pincha que pudo ser el descuento que necesitaban los de Álvarez. El partido fue puro vértigo y palo y palo.
A los 20 minutos Domínguez realizó el primer cambio: Tobio Burgos por Palacios, entendiendo que el partido necesitaba vértigo y no tanta tenencia. El rival dejaba espacios que había que aprovechar con velocidad. Por eso el juvenil de Chascomús se metió a la cancha. Lo concreto es que conforme pasaron los minuto el Pincha no tuvo ni pelota ni la chance de atacar. Lo fue aguantando como pudo y haciendo correr el reloj, igual a lo que hizo la U en La Plata. Y así se llevó el triunfo más importante del año a la Argentina.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2025-5-8-2-20-10-un-resonante-triunfo-de-reencuentro-en-santiago-deportes
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