Las ilusiones de los hinchas de Gimnasia, que fueron al Bosque en una tarde gris motivados por las dos victorias consecutivas, chocaron con la realidad: en un nivel tan parejo, el fútbol argentino no perdona errores y el equipo de Orfila jugó casi 20 minutos para el olvido en el inicio del segundo tiempo que transformaron la alegría por la ventaja parcial en un 2-1 que generó bronca y desilusión.
Sin embargo, la derrota no se explica solo por un mal momento dentro del partido, porque Gimnasia no jugó bien. Durante toda la tarde, Lanús se mostró más amigo de la pelota. El Lobo, dependiente desde hace años de lo que aportan sus externos, tuvo a Manuel Panaro apagado y la única acción de relieve de Jeremías Merlo terminó en el gol de Marcelo Torres que parecía presagiar una tarde distinta. Sin embargo, el equipo no funcionó colectivamente como ante Independiente ni tuvo el punch de la victoria en Mendoza, además de carecer de la seguridad defensiva de los últimos dos partidos.
Sin juego, sin solidez en la mitad de la cancha - donde Mateo Seoane jugó un flojo partido y Garayalde alternó buenas y malas, pero lejos del rendimiento en la victoria ante Godoy Cruz. Además, en defensa sufrió Juan Manuel Villalba y el equipo terminó dependiendo excesivamente de lo que pudieran hacer en ofensiva Norberto Briasco y Marcelo Torres, poco abastecidos. Encima, la lesión del armenio llegó en el peor momento del equipo, que se recuperó algo luego de las variantes de Orfila.
No se vio un buen juego en el Bosque. El inicio del partido estuvo plagado de impresiones en el manejo de la pelota. Lanús tuvo la iniciativa pero sin profundidad, mientras el Lobo tuvo algunos problemas en el eje central, dónde Seoane y Garayalde no terminaron de hacer pie. Dentro de esas carencias ofensivas, solamente resaltó un remate de Juan Ramírez que se desvió y terminó en el córner y un buen desborde de Jeremías Merlo que terminó en las manos de Losada.
Con el paso de los minutos, Gimnasia logró salir y poner el juego en el campo granate. Aún sin llevar peligro al arco rival, el equipo de Orfila hizo pie en la mitad del campo y le dio respiro a la línea defensiva dónde resaltó el nivel de Renzo Giampaoli.
Sobre los 41 minutos de la primera parte, cuando pasaba poco en un partido de escaso relieve, Jeremías Merlo hizo una acción fuera del contexto del juego. El pibe de Los Hornos arrancó desde la derecha, apiló a tres hombres y dejó a Marcelo Torres, quien no falló en el mano a mano con Nahuel Losada. El 1 a 0 le dió otra tranquilidad al Tripero para el final de esa primera mitad.
En el complemento, Pellegrino dispuso los ingresos de dos habituales titulares, Sasha Marcich y Rodrigo Castillo. Justamente, en la primera acción de riesgo, Nelson Insfrán le sacó un zurdazo a Marcich, que había llegado libre tras un centro desde la derecha.
De una pelota quieta llegó el empate para el Granate. Marcich ejecutó el tiro libre frontal, perdió la marca Giampaoli, peinó José Canale y la pelota se metió contra el caño derecho de Insfrán que nada pudo hacer. El 1 a 1 cambio rápidamente las condiciones del partido, hasta ese momento controlado por Gimnasia.
Así, Alexis Segovia sacó un zurdazo que el arquero formoseño alcanzó a rechazar hacia su izquierda. Enseguida, por lesión, salió lesionado Norberto Briasco, cuya salida propició el debut del colombiano Juan José Pérez.
Casi sin tiempo de reacomodarse, de una pérdida de Seoane en el centro del campo, llegó un centro desde la derecha y Franco Watson, de palomita, puso el 2 a 1 para la visita. El Lobo perdió el orden, se descontroló y perdió toda presencia en el centro del campo, esa que había recuperado en la última parte de la primera mitad.
Movió el banco Orfila con tres cambios simultáneos, con los ingresos del Pata Castro, Bautista Merlini y Sebastián Lomónaco por Seoane, Merlo y Torres. Variantes para tratar de sumar gente en ataque, aunque el Tripero siguió teniendo problemas en la contención en el centro del campo.
Gimnasia se fue encima del área granate y Nahuel Losada se convirtió en figura, primero al sacarle a puro reflejo un disparo a Bautista Merlini con un desvió en un defensor y, tras el tiro de esquina, un gran cabezazo a Gastón Suso. Fueron las acciones más claras del Tripero al margen del gol y -en las manos del arquero- se fueron gran parte de las chances de alcanzar la igualdad.
Tuvo otras chances Gimnasia, pero de menor peligro. Manuel Panaro remató desviado para terminar una acción individual por izquierda,h ubo otra jugada clara cuando la pelota le quedó a Juan José Pérez, quien remató mal y desviado contra el palo izquierdo del arquero visitante.
Gimnasia, sin claridad y acumulando nombres en ataque -a esa altura ya estaba en la cancha Maximiliano Zalazar, quien entró por Garayalde- fue en busca de un error o de una carambola que le permitiera empatar. Y en el empuje final del Lobo, el colombiano tuvo otra chance, pero buscó a colocar y el balón se fue por arriba del travesaño.
No alcanzó con las ganas y no hubo más tiempo. Sin creerse más de lo que es y sin menos que muchos, para Gimnasia la historia sigue partido a partido, con San Juan como próxima estación.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2025-8-18-1-35-18-bano-de-realidad-el-lobo-no-pudo-meter-tercera-deportes
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