"En la Provincia, en seguridad nos metieron el perro..."

"Hablar de seguridad pública es incluir dentro de ese vocabulario a una serie de instituciones y acciones del estado, del gobierno de turno, y de la población toda. Mucha gente, quizás la mayoría, tiende a suponer que cuando hablamos de seguridad pública, nos referimos como cosa pública, a la institución o fuerza de seguridad que nos toca en suerte tener o sufrir, es decir “La Policía” del estado donde vivimos", manifestó Jorge Luis Vidal.

El especialista en Seguridad Pública. Analista en Inteligencia Delictual y lucha contra el Narcotráfico volvió a disparar críticas contra la política en seguridad. "Las policías y los ministros de seguridad de la que dependen son parte importante en la construcción social, y resultan el brazo armado institucional más visible en la prevención y represión del delito", dijo.

"En las últimas décadas los gobernadores democráticos de la provincia eligieron ministros de Seguridad (en algún caso de Justicia y Seguridad, como si fuesen compatibles), y más que por su profesionalismo o conocimiento en seguridad pública, lo hicieron por amistad, militancia, conveniencia o deuda política, pago de favores, o porque tal o cual persona designada le prometía y garantizaba que iba a manejar a la “indomable bonaerense” y no tener “olas” durante la gestión gubernamental.

A su vez, el poco o nada profesional ministro político designado, debía poner manos a la obra para delinear y armar su propio gabinete del ministerio, metiendo la mano en la bolsa de amistades cercanas para elegir y decidir, si la estructura será con secretario de seguridad o sin secretario, con uno o dos subsecretarios o sin subsecretarios, con cinco o veinte directores de las más diversas áreas según el puzzle que quiera armar. etc. etc. a gusto del paladar del ministro designado, primando la política y el amiguismo por sobre la política de seguridad. Esto fue una constante.
Puesto a elegir, el mismo ministro tendría que designar un jefe de Policía para que conduzca la policía de la provincia de Buenos Aires, y para elegirlo, el ministro designado generalmente abre los oídos para escuchar sugerencias de amigos conocidos, de diputados, de senadores, de intendentes, etc. etc., Uno se pregunta ¿Prevalece el criterio de selección por la calidad de persona o profesional policía que debería ocupar ese estamento alto de la pirámide? ¿Si tiene capacidad de liderazgo o conducción, trayectoria y conducta ética responsable? No, a mi entender nadie se lo pregunta. Solo si es conveniente o no.

Siguiendo la cadena hacia abajo, este JP debe elegir, si es que no se los imponen, a sus Comisarios Generales para ocupar las diversas superintendencias y direcciones, haciendo alquimia para seleccionar caciques de varias tribus para que la polvareda del malón no le impida ejercer su función. Igualmente, todo termina loteado y cada inquilino se hace cargo de un área o zona. Hoy viendo la última estructuración del Ministerio de Seguridad y de la Policía de la Provincia, diría que esta superpoblado de lugares donde acobacharse, algunos más tentadores que otros, al que le sobran un 30% de cargos y funciones.

Así estamos. Como profesional de la seguridad y habitante de esta provincia lo escribo desde hace tiempo, y lo menciono en cada nota, ningún ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires de las últimas décadas entregó a su sucesor, una mejor policía o seguridad publica que la que recibió al inicio de su gestión.

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Ninguno de estos ministros se animó seriamente a restructurar profesionalmente a esta masa o cuerpo de policía, ninguno intentó ni tuvo la capacidad de refundarla desde los cimientos y ponerla en consideración profesional junto a las mejores policías del mundo, todos hicieron alquimia con lo que consideraron eran sus verdades y abrieron el libro del autoconocimiento, asesorados por amigos poco ilustrados en la materia. Esta última gestión en curso no es la excepción.

Seguro que todos hicieron algo bueno o creyeron hacerlo, aunque habría que buscarlo bien en cada gestión. Todos tuvieron un relato. De los últimos que recuerdo me surgen “mayor cantidad de policías es más seguridad”, “ingreso a la policía buen sueldo y obra social”, en otra gestión se mencionó “vamos a dar lucha frontal contra el narco y las mafias” “hemos derribado 150 bunkers del narco “, y en la actual “la policía bonaerense no es fiable”, “aquí no hay lugar para los tibios” “hay que cambiar el paradigma “(¿?) “incorporaremos 40 mil policías en dos años”. 

Nosotros hoy, como abuelos, padres o hijos, somos lo que transitamos durante nuestra vida, en cuanto a formación, cultura, trabajo y educación. A nuestra fuerza policial lo mismo le pasa. Por dolo o culpa, por acción u omisión, por desconocimiento de la seguridad pública de quienes tenían responsabilidad ministerial y policial, esta policía es lo que es hoy. 

Ningún ministro cuando asumió dijo y expresó abiertamente que tipo de policía había recibido de su antecesor, como había encontrado la seguridad pública, y cuál era su plan para desarrollar.

Solo se tiran dardos y chicanas radiales y televisivas, todo a media lengua para interpretar.  Ninguno desarrolló un Plan Integral de Seguridad para la provincia y lo puso a consideración y menos lo dio a conocer. Oscurantismo total de la política. Tomala vos, dámela a mí.

Si hoy la primera preocupación de la población en la provincia, y ni que hablar de los que habitan el gran Buenos Aires, sigue siendo como hace décadas la falta de seguridad y el narcotráfico, se entiende que algo mal habrán realizado los ministros, o no supieron implementar con la consiguiente responsabilidad política y operacional en esta materia. Los ciudadanos del común, victimas y con miedo, entienden que la actuación, las falsas posturas ministeriales fácilmente detectables, o las palabras en alto tono y los ladridos del perro, son solo dirigidas a un núcleo de votantes.

Mucho funcionario público funcional a sus propios intereses y poco o nulo servidor público designado interesado en servir a la sociedad, teniendo como interés primario las políticas de seguridad por sobre la política partidaria. 

Esperemos que las palabras en el anillo del ex dirigente de la AFA Julio Grondona se hagan realidad. “todo pasa” decía. Pero que sea rápido. Nos merecemos en este territorio una mejor y mas profesional y capacitada institución policial, con conocimiento, vocación y decisión de atacar el delito y luchar contra el narcotráfico."