Los libros no resisten a la presión inflacionaria y bajan las ventas

En el último año los libros aumentaron más que la inflación y, en una economía marcada por la depreciación de los salarios, eso tiene su correlato en una pronunciada caída de ventas en las librerías que comercializan textos nuevos.
Jorge García, al frente de una librería con algo mas de 130 años de trayectoria, señaló que el rubro lleva dos años de baja, pero en diciembre último eso se pronunció.

“Las ventas bajaron entre un 15 y un 20 por ciento, en otras librerías del país ese porcentaje llega al 30; es lamentable que se esté perdiendo el hábito de la lectura”, dijo.

Pese a todo lo malo que implicó la pandemia, García destacó que en ese momento había tiempo y la gente volvió a leer de todo.

Sin embargo, el aumento de precios pegó fuerte en diciembre pasado y enero fue un mes para el olvido. Incluso, en la capital federal el titular de una cadena de cuatro librerías sostuvo que las ventas se precipitaron en un 20 por ciento.

“En temporada escolar explotan las librerías y ahora no hay nadie, se hacen pocas ventas. No obstante, 2001 fue peor y fue tal el descalabro que se hacían una o dos ventas por día, recién se retomó el movimiento con la aparición de los patacones” indicó el librero.

De acuerdo a lo que se sabe en el sector, algunas familias con hijos en edad escolar y con un presupuesto más acotado fotocopian los textos, otros los imprimen en la casa.
La promoción de las tres cuotas sin interés, aplicable a cualquier día de la semana, es lo que reactivó un poco las ventas.

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Entre los más caros están los libros de inglés de mejor papel y con ilustraciones a mucho color.

“La venta de textos escolares cayó muchísimo, no tenemos la cantidad que teníamos antes, los trabajamos por pedido”, agregó.

Los más caros son los de inglés, están en unos 30 mil pesos -llegan a 50 mil pesos cuando vienen con los cuadernillos de actividades-. Los de francés triplican el valor de los anteriores. Todos se venden por pedido.

Un empresario del sector indicó que un libro de texto deja alrededor de un 16 por ciento de ganancia y el resto de las obras, entre un 30 y un 35 por ciento.

Entre los libros más vendidos está “La Felicidad” de Gabriel Rolón. El costo de los ejemplares más caros ronda entre los 25 y los 30 mil pesos como son por ejemplo los de Stephen King.

El fundamento de por qué los libros se encarecieron en mayor porcentaje que la inflación es que en Argentina el papel lo comercializan sólo dos empresas.

Incluso, la Cámara Argentina del Libro denunció hace unos días que una de las papeleras exporta a un precio y acá vende el mismo producto más caro y exigiendo el pago de un costo por anticipado.

En el crítico marco de las caídas de ventas, los libreros se reunieron días atrás con autoridades provinciales para solicitar que saquen los impuestos de publicidad y propaganda, que se produzca un alivio en los tributos a ARBA y abordaron las cargas de los empleados.

En otra tradicional librería cercana a Plaza Italia, Alejandra Risso, sostuvo que las ventas bajaron un 30 por ciento con relación al año pasado. Además se conoce librerías con una caída más pronunciada que roza el 50 por ciento.
“Los libros subieron mucho más que la inflación y la gente espera los miércoles y jueves para aprovechar las devoluciones de una aplicación o abonan en dos veces y retiran cuando terminan de pagar”, contó Risso.
En ese comercio con una gran variedad de textos infanto juveniles el ticket de venta ronda los 15 mil pesos y los 25 mil pesos para obras de narrativas, sociales o de filosofía.
Allí hay promociones con algunas editoriales y los libros escolares se venden por encargo y llegan en dos días. “En pandemia tuvimos los depósitos llenos con toneladas de libros que no se vendieron”, afirmó.

Entre los libros más vendidos está “La Felicidad” de Gabriel Rolón, pero también se comercializan bien los de actualidad, política y una amplia variedad de material infantil.

En otra librería de calle 43, entre 5 y 6, en la que se venden textos usados se indicó que hay una demanda altísima de literatura, títulos que son de lectura complementaria en las escuelas.

“Más del 70 por ciento de libros se vende entre miércoles y jueves, días en los que la gente aprovecha los descuentos de una aplicación; suelen reservar en la semana, los pagan por WhatsApp y lo retiran cuando pueden”, señaló Federico, al frente de ese comercio.

El usado en parte de pago

Una particularidad que le sorprende en estos días es la cantidad de gente que llega a ese local para ofrecer un promedio que va de 7 a 10 libros.

“Compra textos para los hijos o en general y trae los que ya no les sirven para obtener algún descuento. En 20 años que llevo adelante la actividad nunca vi una crisis que se desatara tan de golpe”, agregó el comerciante.

Allí, un libro se vende en 4 mil o 5 mil pesos. Uno de Stephen King sale 9 mil, menos de un 30 por ciento de lo que esta en una librería de textos nuevos.

“Nunca fue tan grande la diferencia entre un libro nuevo y uno usado, antes era de la mitad”, sostuvo.

La ventaja de su actividad es que no está obligado a comprar mercadería porque el stock que tiene los fue acopiando con el tiempo.

“En las librerías de ejemplares nuevos están obligados a pagar el 70 por ciento de cada libro del 1 al 6 de cada mes”, apuntó.

El aumento pegó fuerte en diciembre y enero fue un mes para el olvido, se analiza en el rubro