¡Extra!¡Extra!¡Canillitas!
El mote que los identificó para siempre tuvo su origen en la corta edad de quienes ejercieron por primera vez el servicial oficio de reunir las esquinas de la ciudad de Buenos Aires con las alas de su mercancía efímera, renovada, indispensable. Y a sus “canillas” flacas descubiertas por el pantalón corto.