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Tras el tenso acuerdo en el PRO, ahora el debate es cómo será la alianza con Milei

Tras el tenso acuerdo en el PRO, ahora el debate es cómo será la alianza con Milei

Patricia Bullrich ayer en un acto oficial/NA

Mariano Pérez de Eulate

Mariano Pérez de Eulate
mpeulate@eldia.com

21 de Marzo de 2024 | 01:28
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El cargo no lo apasiona pero Mauricio Macri pretende darle al PRO, ese partido que creó hace dos décadas para llegar al poder, una re-significación identitaria después de la aventura llamada Juntos por el Cambio. Si se quiere, una vuelta ideológica al primer amarillismo. Desde el martes es el nuevo presidente partidario, luego de un trabajoso acuerdo con el sector interno de Patricia Bullrich, la otra figura preponderante del espacio. Hubo lista de unidad y, por ende, se evitó una elección interna para renovar las autoridades en una fuerza que, en rigor, prácticamente no tiene afiliados.

La tensión del cierre entre Macri y Bullrich estuvo signada por la manera -diferente- en que ambos conciben lo que parece inevitable: la confluencia del PRO con La Libertad Avanza, en un esquema que primero contemplaría la incorporación oficial del partido amarillo al gobierno y luego la confección de una alianza electoral de cara al 2025.

Ideas diferentes

Macri, que tiene línea directa con el presidente Javier Milei, estaría pensando en una confluencia de corte institucional, que comience con objetivos legislativos comunes y derrame hacia una coalición política y, claro, a él mismo como figura central para todo eso.

Bullrich, en cambio, intuiría que hay respaldo de los adherentes del PRO para prácticamente fusionarse con los libertarios desde el vamos. Ella, que fue la candidata presidencial de Juntos, es un ejemplo: se unió al gobierno en una movida unilateral, sin consultarlo con Macri, convencida -dicen cerca suyo- de que sus votantes hubieran querido eso porque buscaban algo diferente al kirchnerismo.

Para el macrismo, subyace un tema conceptual que no es menor: la irrupción de Milei en la escena política le robó al PRO la idea fundacional. Ese concepto que acaso haya hecho presidente a Macri en 2015: que era lo nuevo, lo diferente. Eso ahora lo encarna el actual jefe de Estado, con sus modos cuestionables y su prédica contra “la casta” pero sin un partido realmente organizado. Por eso Macri teme que la consecuencias de una fusión compulsiva, bajo la fuerte figura presidencial actual, represente la condena a cierta irrelevancia. Deberá manejar bien este temor para no convertirse en lo contrario: una contrafigura del actual mandatario, que termine dañando su autoridad

La unidad alcanzada el martes fue para acordar una lista directiva para el Consejo nacional del Pro, de 31 asientos. Lo dicho: Macri será el presidente. La vicepresidencia primera fue para Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y cercana al primo Jorge Macri; la vice segunda recaló en el diputado nacional hiper-bullrichista Damián Arabia.

Por ahí pasó la primera discusión: Bullrich, que empujó por un esquema “50 y 50”, quiso la Vice 1ª cuando se enteró de que el argumento inicial de que recalaría en alguien del interior del país se había caído. Pesó al final la idea de “premiar” con el sillón número dos del partido a los intendentes bonaerenses que el año pasado resistieron la ola derrotista en la Provincia. La aceptación de que Arabia sea el segundo Vice debe haber indigestado al expresidente: el muchacho, que sabe hacerse notar internamente, es detestado por el “mauricismo”.

El tironeo por los lugares fue tan tenso que los bullrichistas llegaron a amenazar con armar una lista propia -encabezada por Patricia, obviamente- y forzar así una elección interna real. Cerca de la ex ministra decían ayer sentirse satisfechos con el acuerdo porque Macri no logró la hegemonía que pretendía, esa suerte de poder de veto con el que encaró la negociación. Los mauricistas también se mostraban contentos, porque contabilizaban más nombres propios en la conducción de los que teóricamente responden a su ex pupila. Cuestión de miradas.

Bullrich quedará al frente de la Asamblea Nacional del PRO, donde están representados los delegados provinciales. Tal como estaba previsto, Horacio Rodríguez Larreta no estuvo en esta rosca. Cerca de él dicen que por decisión propia. Fuentes del partido aseguran que nunca fue considerado, consecuencia de la pelea de poder que lo enfrentó a Macri el año pasado y que terminó perdiendo. No objetó la candidatura de Macri, aparentemente no se irá de la fuerza amarilla pero tampoco tiene dirigentes de su riñón en la conducción nacional.

La verdad es que Macri tenía el respaldo de la mayoría de los referentes nacionales del PRO para quedarse con la presidencia del partido. Pero también es cierto que ninguno de ellos -gobernadores, intendentes, legisladores- quería una disputa real con Bullrich, probablemente dañina para los intereses comunes. Esto explica en gran parte la presión para un acuerdo.

El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, está entre los vocales titulares de la lista. El otro mandatario estrella amarillo, Rogelio Frigerio, no aparece. Y es lógico que así sea porque no está afiliado al PRO. Pero está representado en la nueva conducción nacional por Alicia Fregonese, exdiputada nacional por Entre Ríos. El porteño Jorge Macri, obviamente, quedó muy bien pago con la vice Martínez. Los gobernadores encabezarán los sellos partidarios en cada provincia. Anoche se trataba de resolver en la Junta Electoral partidaria la situación en cinco distritos donde, por diferencias locales, no se había podido llegar a un acuerdo y por eso se presentaron dos listas.

Otros nombre conocidos en diferentes vocalías: María Eugenia Vidal, Fernando de Andreis, Diego Santilli, Laura Alonso, Federico Angelini, Guillermo Montenegro, Diego Valenzuela, Soledad Acuña.

El PRO bonaerense

En la Provincia de Buenos Aires se decidió la continuidad de lo que hay: la senadora provincial Daniela Reich está a cargo del partido desde que Jorge Macri, elegido en la última interna, se hizo porteño para poder presentarse en la CABA como candidato a jefe de Gobierno y renunció al cargo partidario. Existe una movida para hacer un acuerdo similar al nacional, con mauricistas y bullrichistas incluidos y todos contentos, y suena el nombre del diputado Cristian Ritondo para encabezarlo. Salvo por Ritondo, no habría apuro para concretar esa movida.

La irrupción de Milei en la escena política le robó al PRO la idea fundacional

 

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